MARTIN HEIDEGGER

Nació en Messkirch el 26 de septiembre de 1889, hijo de Friedrich Heidegger, tonelero y sacristán, y de Johanna Heidegger (Johanna Kemp de soltera). Estudió teología católica, ciencias naturales y filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, donde fue discípulo de Heinrich Rickert, uno de los máximos exponentes del neokantismo de la Escuela de Baden y luego asistente de Edmund Husserl, el fundador de la fenomenología. Comenzó su actividad docente en Friburgo en 1915, para luego enseñar durante un período (19231928) en Marburgo. Retornó a Friburgo en ese último año, ya como profesor de filosofía.

Tras el ascenso al poder en Alemania de Adolf Hitler en 1933, Heidegger (que, posiblemente bajo presiones, había mostrado su adhesión al partido nacionalsocialista) fue nombrado ese mismo año rector de la universidad. No obstante, el progresivo deterioro de sus relaciones con las autoridades alemanas (se negó a que en el recinto universitario se realizara propaganda antisemita) culminó con su dimisión al frente del rectorado en 1934. Pudo continuar sus enseñanzas, aunque éstas fueron en parte censuradas, hasta 1944. En 1945, tras finalizar la II Guerra Mundial, Heidegger tuvo que hacer frente a la actitud de relativa afinidad con el nacionalsocialismo que manifestara en 1933. Por ello, hasta 1951 no fue restablecido en su puesto docente, en el que permaneció hasta 1958.

 

Es una de las figuras protagónicas de la filosofía contemporánea: influyó en toda la filosofía del existencialismo del siglo XX, fue uno de los primeros pensadores en apuntar hacia la «destrucción de la metafísica» (movimiento que sigue siendo repetido), en «quebrar las estructuras del pensamiento erigidas por la Metafísica (que domina al hombre occidental)», que planteó que «el problema de la filosofía no es la verdad sino el lenguaje», con lo que hizo un aporte decisivo al denominado giro lingüístico, problema que ha revolucionado la filosofía. Mantuvo vigencia en muchos pensadores europeos —y con el paso del tiempo en los no europeos—, a partir de la publicación de Ser y tiempo (1927). El estilo innovador, complicado y aún oscuro que utiliza Heidegger con el fin de abrir-mundos según el pensador (y que muchos consideran que es terriblemente oscuro y casi místico) influyó en Hans-Georg Gadamer, el estilo singular y difícil que utiliza Jean-Paul Sartre en El ser y la nada, el de Jacques Lacan cuando redacta sus Escritos, el de Jacques Derrida con su crítica a la PresenciaGianni Vattimo y a una gran parte de pensadores envueltos en el debate sobre la muerte de Dios y el Ser, el nihilismo, la postmodernidad y la época post-capitalista

El pensamiento de Heidegger fue la base para el existencialismo actual y se encuentra en el complejo libro "Ser y tiempo". Conviene recordar que Heidegger fue discípulo del fenomenólogo Edmund Husserl

Resumir "Ser y tiempo" (o "El ser y tiempo") es difícil, primero porque está escrito en alemán, segundo porque Heidegger usa un lenguaje complicado (siguiendo la tradición de lenguajes complicados inaugurada por Kant), tercero porque Heidegger inventa muchos neologismos, entre ellos uno que será capital y clave; el de Dasein. Cuarto la principal obra de Heidegger quedó inconclusa. 

La traducción a otros idiomas desde el alemán de la palabra Dasein es difícil, usualmente se le escribe en español como "Ser-ahí". 

En todo caso con la palabra Dasein Heidegger casi siempre alude al ser humano. El Dasein o ser humano según Heidegger es un ser yecto (arrojado) en el mundo, y al estar arrojado en el mundo vive en una angustia  existencial. 

La angustia es la señal de una posible nada (una nada como por ejemplo la muerte) para el Dasein (para el ser humano). Para Heidegger la interpretación existencial de la muerte devuelve al hombre su valor auténtico y lo lleva a la resolución resignada de morir, es reconocer que la muerte es la posibilidad más auténtica de la existencia.

En tal sentido el Dasein es no solo un ente yecto sino un pro-yecto hacia la nada. El Dasein es la existencia, la realidad humana, el hombre se convierte en el fundamento de la ontología, el hombre o Dasein no es el ser, sino el medio a través del cual se da o se abre el ser.

Heidegger considera que éste no es una característica, es su propio ser, significa que la naturaleza propia del Dasein consiste en su existencia y no lo aprendido o conocido mediante categorías o conceptos, Dasein es el ser en el mundo.

Ante este hecho irrevocable usualmente el ser humano (el Dasein) tiende a distraerse pero al hacerlo, al no asumir su destino de nada, "vive" cobardemente una existencia inauténtica. 

En la existencia inauténtica el Dasein se despreocupa, se involucra en la vida cotidiana donde predomina el uno, es un aspecto ontológico no una degradación moral. La existencia auténtica, son muy importantes los conceptos (vivencias) de la nada y de la angustia. El hombre cuenta con una experiencia privilegiada que es la angustia, la angustia no es un miedo ante algo concreto, es una vivencia que nos permite percatarnos de la nada, de la muerte como parte sustantiva de nuestro ser.

El Dasein entonces es "un ser-para-la-nada". 

¿Es todo negativo en la nada?...ya por el solo hecho de la definición clásica del concepto nada (lo que no existe) se tiende a suponer que la nada es absolutamente negativa... 

Pero (y en esto Heidegger influirá mucho a Sartre) Heidegger descubre una paradoja en la nada: la nada da lugar a algo, más aún la nada para Heidegger es "lo más original -originario y originante- del ser humano ya que la existencia del humano es básicamente un conjunto de estrategias para evitar la nada, entonces la nada hace -que paradójicamente- el ser humano realice, construya, entonces se entiende el criterio heideggeriano de la nada como "algo original y originante" (algo que da origen).